Me llamo Angélica Morales. Nací en Teruel en 1970. Quiero pensar que esa noche la luna estaba peinando sus cicatrices. Por eso se me pegó al alma un dolor pequeñito que no me abandona. Cuento historias desde niña, también heridas, ansiedad y de un tiempo a esta parte el corazón partido de un lorazepan. Me gusta pensar que soy artista, como Concha Velasco. He ganado algunos premios literarios, pero no les voy a aburrir enumerándolos. Mi última novela, La casa de los hilos rotos, me ha permitido viajar, conocer nuevas lectoras y compartir con ellas esa emoción infinita que nos escribe.
Me enamoré del talento de Elena Castillo y de su humildad. Así que hemos hecho este libro donde cada página la besa un ángel distinto, todos gamberros y azules, todos con ganas de hacer vibrar al lector.
Si alguien me preguntara en este momento lo que quiero ser de mayor, diría que promesa literaria o una gata feliz bailando bajo la lluvia.
Proyecto financiado por la Dirección General del Libro y Fomento de la Lectura, Ministerio de Cultura y Deporte